martes, 16 de agosto de 2016

COCTEL DE LETRAS | Contracorriente verde: Ciudad de azúcar

[Sección coordinada por Inés M. Michel*]






[Colaboración de Alejandro Juárez]





El temporal de lluvias se instaló en una ciudad que parece deshacerse. Caen árboles, se inundan avenidas, las tuberías de drenaje vomitan su contenido a las calles, los pasos a desnivel se convierten en trampas acuáticas, colonias enteras quedan sumidas en la oscuridad... Tláloc habla y la ciudad enmudece.

Cada año es lo mismo...” dice con resignación un ama de casa. 
“Es que la tormenta estuvo fuertísima”, expresa un asustado automovilista ante la visión de un grupo de carros casi cubiertos por el agua, por el rumbo de Plaza del Sol. La mayoría de las notas impresas y electrónicas destacan la fuerza de la lluvia, la violencia de las tormentas tropicales, la personas fallecidas como resultado de la corriente que las arrastró... pocos mencionan el crecimiento salvaje de la ciudad, que ha devorado espacios que sirvieron durante siglos, milenios incluso, para que el agua encontrara su camino en el Valle de Atemajac; la invasión de la plancha de cemento y asfalto por encima de la tierra y la vegetación. Pero cuando llega el temporal el agua busca sus viejos caminos. Si no los encuentra, mala suerte para los humanos: la fuerza del caudal tumba paredes, revienta tuberías, arrastra vehículos, se estanca y crece, corre y ruge.

También te puede interesar:
La lumbre en los aparejos

Tomada de: canal44.com

También te puede interesar:
El agua que se fuga

Cada año los puntos de inundación aumentan porque la urbe le arrebata más espacios a las zonas circudantes. La falta de planeación urbana es escandalosa, un proceso viciado en el que la ganancia a corto plazo es privilegiada por sobre el ambiente y la calidad de vida. ¿Qué hay que construir sobre una barranca? Pues lo hacemos, faltaba más. ¿Qué por aquí pasa un arroyo? Pues ponemos unas bocas de tormenta, a ver si alcanzan a desfogar la lluvia. ¿Qué a lo mejor no aguantan? Pues ya ni modo. ¿Qué esta zona está clasificada como de conservación? Pues cambiamos el plan de desarrollo. Etcetéra, etcétera.

La voracidad inmobiliaria y la falta de verificación efectiva de las autoridades (cuando no la franca corrupción), aumentan la gravedad del problema, año con año. Si a lo anterior le agregamos la pésima calidad del asfalto, la impreparación para el mantenimiento del cableado eléctrico y la basura con la generosamente contribuyen muchos tapatíos para tapar las bocas de las alcantarillas, la fórmula lleva al mismo resultado de cada año: Guadalajara-Guadalajara se convierte en un gigantesco montón de azúcar, que en cuanto se moja comienza a desmoronarse.

También te puede interesar:
El rescata de La Nava


Alejandro Juárez/Planeta Tierra


Consultor internacional en manejo de agua y cuencas; 
Director del Instituto Corazón de la Tierra.
PlasmArte Ideas, agosto, 2016

Twitter: @plasmarteideas



COCTEL DE LETRAS es coordinada por Inés M. Michel 

[*Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre). 
Las letras me han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones. 
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror. 
Casiopea es mi guía y confidente.]

Contacto: inesm.michel@gmail.com













No hay comentarios.:

Publicar un comentario