jueves, 14 de abril de 2016

MOUSSE MEDIA | Colaboración especial - KAILI BLUES O LA FILOSOFÍA DE RODAR PELÍCULAS

[Sección coordinada  por Víctor D. Magallón*]











                                                                     

                                                    [Colaboración especial de Ivonne Solano]




“Hablar de instante conlleva hablar del instante en que se quiebra la memoria, en que es fracturada en montones de instantes, agrupados en el arbitrio mismo: la realidad del instante es una realidad fractal, donde todo "deja de ser" para convertirse, a través del azar, en otra cosa”
Farabeuf. Salvador Elizondo (1965)


El lenguaje poético que invade a los sueños con frases tan acertadas y sabias y un clima lleno de neblina y humedad, crea confusión al no saber si se sigue despierto o no; estamos en Kailiun pueblo de China. Ahí Chen Sheng emprende un viaje con la intención de hallar al hijo de su hermano, cumplir un deseo de su madre y de su compañera de trabajo. El tren lo lleva a Dangmai en donde el tiempo no es lineal, ahí los planos temporales rompen las barreras del pasado, presente y futuro. Se trata del “no-lugar”, es decir, la fusión espacio-temporal perdida en el universo. 

Un viaje onírico se presenta en lo visual, a tal grado que uno puede sentir la brisa a través de la motocicleta, un viaje en canoa, la frescura de la lluvia, incluso, revivir de manera intensa todas las emociones que erizan la piel y hacen temblar hasta la punta de los cabellos, ese anhelo de la mano que extraña la tibieza con que ha sido sostenida mientras una banda de chavos ensaya canciones chinas pop e infantiles. La atmósfera indicada para que Dangmai se transforme en esos sueños y anhelos de la vida. 

Chen tiene como herramienta sanadora el blues, ese ambiente melancólico que él crea con la poesía, sus versos se escuchan por todo Kaili mediante un programa de televisión. Es como un guía a algo parecido a la meditación en donde la sensación puede ser similar a beber una taza de café a las 3 de la mañana mientras escuchas It´s easy to remember con la bella voz de Billie Holiday, que ameniza la ronroneadora compañía del gato dormido en el sofá. Así el “sereno” de la madrugada convoca a las notas nostálgicas de un gran blues que corre y se agita en el aire. 

Junto a la magia de lo surreal y lo onírico, se puede hallar el sentido filosófico que guardan las palabras: “Las enzimas del alma son parecidas a los lirios”. Es necesario mencionar que algunos de los poemas que uno se encuentra en la película son obra del director, Bi Gan, de su antología Roadside Picnic (Lubian yecan), que es también el titulo inicial del filme, aunque la primer idea para nombrar tanta expresión sensorial era El libro del desasosiego de Pessoa.



Póster Kaili Blues. Dir. Bi Gan (2015). Imagen tomada de: micropsia.otroscines.com

La magia de la secuencia casera y en tomas largas, es en realidad una expresión sensorial que han creado las imágenes increíbles de lo natural o incluso lo etéreo, si se observa de manera detenida uno se puede encontrar con el “efecto espejo” donde se proyecta lo más profundo del alma del espectador y la historia gira al propio viaje interior. El adentrarse a Kaili Blues es como menciona el director: “no se trata de tecnología, sino de una filosofía de rodar películas”. 






Ivonne Solano
ivonnexd@gmail.com
PlasmArte Ideas, abril 2016

FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas










*Mousse Media, es coordinada por de Víctor D. Magallón

[Cafeinómano y fiel defensor del código de los caballeros pizza. 
Gusto de realizar sesudos análisis en busca de la última temporada de 
Los Simpson que haya valido la pena.] 

Contacto: victor.dmagallon@gmail.com






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