lunes, 5 de octubre de 2015

ARTE CON CUCHARA | De la antigüedad a las vanguardias: La representación de la mujer a través de la historia



[Sección a cargo de Talita Quiñones*]




















Es significativa la evolución de la figura femenina en la historia del arte. Como mujeres, dentro de esta historia hemos jugado los papeles de diosas, madres, esposas, amantes y objetos de deseo, entre otros tantos. A diferencia del papel masculino, que ha fungido como creador de estas piezas de arte, nuestro rol principal ha sido el de musas, y hemos sido representadas tal y como se nos ha concebido por época. 

En la antigüedad, las sociedades representaron a la mujer como símbolo de la fertilidad que les proporcionaría no sólo descendencia, sino también la riqueza de la tierra. 



Venus de Willendorf. 20,000 a. C



La figura femenina en la Antigua Grecia era pensada para lograr retratar el desnudo perfecto, el cuerpo ideal al natural, sin rigidez; se hacía a través de esculturas de mármol que mostraban su belleza sin ninguna reserva.



La Afrodita de Milos. 130 a. C. 



Para la época medieval, la mujer se transformó en la madre del creador, dadora de vida, divinidad, sin ninguna corporeidad perfecta, sino más bien una divinidad representada a través de símbolos que permitieran transmitir que sólo era una imagen y la perfección de la virgen era la que no estaba en la tierra sino en el paraíso. Tenía un carácter bondadoso y comprensivo. Y era símbolo de moral.




La Virgen de la Leche, Bernabé de Módena.  Siglo XIV



El desnudo femenino también creció en el Renacimiento, en el que la figura femenina adquirió el carácter de erótico. 



El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli. 1484


El marcado estereotipo de la figura femenina, poco a poco, cambió e hizo que la mujer se convirtiera en símbolo de las representaciones más atroces a través de mitos como el de Salomé, la mujer que pidió la cabeza de Juan Bautista sin compasión, o la historia de Judith, quien se enfrentó al temible invasor Holeofernes, perteneciente al ejército babilónico, y cortó su cabeza después de seducirlo y embriagarlo una noche. La figura divina y servil de la mujer se transformó en la de aquella que menguaba la voluntad de los hombres y hacía que cedieran ante sus encantos.



Judith y Holofernes, Caravaggio. 1599



Durante las vanguardias, la mujer tuvo el estigma cada vez mayor de ser parte de un deseo sexual casi nunca permitido, casi nunca puro. Su figura se relaciona con mayor intensidad al erotismo y la sexualidad. Las obras se convierten en representaciones sugerentes, lo que se relacionaba también con su nueva libertad sexual y participación social. En esta época, los artistas se inspiraban en prostitutas y mujeres de burdeles para pintar hermosos retratos en los que se podía observar un misticismo oculto detrás de la aparente bondad de quien aparecía en el retrato. 



Las señoritas de Avignon, Pablo Picasso. 1907



Talita Quiñones
PlasmArte Ideas, octubre, 2015

FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas









*ARTE CON CUCHARA está a cargo de Talita Quiñones



[Estudiante de Historia del arte, 
de nacimiento dramática y soñadora empedernida, 
aún en tiempos difíciles.  
Fiel a mis convicciones, mi mayor apuesta es al arte 
como motor de transformación social.]


Contacto: arteconcuchara@gmail.com














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Referencias

Sanguini, J., (2015) Los retratos femeninos en la historia del arte. Cultura colectiva. Visto el 03 de octubre. Tomado de: http://culturacolectiva.com/los-retratos-femeninos-en-la-historia-del-arte/

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